El futuro de las organizaciones: personas y propósito

El futuro que se viene requiere un giro copernicano.  

Demenuzemos dos ejes:

  1. El futuro que se viene: incertidumbre y vorágine

Este eje tiene dos supuestos. Por un lado, nos vemos inmersos en un mundo altamente incierto que no llegamos a comprender ni racional ni emocionalmente. Por otro lado, este nivel de transformación contextual ocurre a un ritmo muy acelerado que hace que vivamos en una constante vorágine que se traduce en un agobio por no poder controlar lo incontrolable.

  1. El giro copernicano: separación fenómeno de explicación

La gran habilidad que tuvo Copérnico fue la de separar el fenómeno de la explicación. El fenómeno consistía en observar al sol salir de un lado, moverse durante el día, y ponerse en el lado opuesto. La explicación que surgía era “el sol se mueve alrededor de la tierra.” Copérnico, al separar la explicación del fenómeno, elaboró la hipótesis de que la tierra gira en su propio eje. El fenómeno observado era el mismo y la explicación también era válida. Gracias a animarse a construir una hipótesis disruptiva y comprometerse con profundizarla pudo, finalmente, desplegar una serie de acciones a las que no habría llegado si no hubiese partido de esta disrupción.

¿Cómo conecta ésto con el mundo organizacional del siglo XXI?

Cuando se crearon las organizaciones en el siglo XVIII el paradigma era coherente con el contexto imperante:

previsible, controlable, con un ritmo de cambio muy lento. Este contexto le dio sentido a una mirada lineal causa-efecto, donde si hacíamos A obteníamos B como resultado. Para obtener el resultado deseado solo se requería contar con procesos que funcionasen y con personas que los llevaran a cabo obedientemente.

Como hoy el contexto es obscenamente diferente, el modo de llegar a los resultados ya no ocurre mediante procesos que lo garanticen. Más bien, el nivel de incertidumbre nos demanda la construcción de una hipótesis diferente tan disruptiva como la de Copérnico.

Aunque todavía muchas organizaciones se mueven coherentes con el paradigma mecanicista, hoy las personas son cada vez más el eje alrededor del cual se mueven los procesos que llevan a resultados. Hasta aquí no estamos compartiendo nada nuevo.

El giro copernicano para las organizaciones creemos que es mucho más que otorgar a las personas un rol protagónico en la creación de futuros alineados con el propósito de la compañía. Es, para nosotros,

  1. crear desde el futuro en lugar de mejorar o, incluso, innovar desde el presente ya que esto quedará obsoleto muy rápidamente
  2. permitir que las personas encuentren un cuenco donde expresar SU propio propósito, desplegar SU potencial y así ser el combustible que motoriza el organizacional

Estas son algunas de las preguntas que necesitamos profundizar todos los que nos importa el mundo organizacional:

  • ¿Qué necesita una persona para apostar al propósito más grande que el de sí mismo, por ejemplo el de una compañía?
  • ¿Qué riesgo corre una organización si apuesta a escuchar y poner en valor la singularidad de cada persona? ¿Y cuál es el riesgo si no lo hace dado como viene evolucionando el mundo?
  • ¿Cómo interviene el coraje de las personas que participan del rumbo de la organización? ¿Y el coraje de la organización para ser el cuenco donde las personas expresen su potencial singular?
  • ¿Cuál es la estructura necesaria para crear un nuevo orden donde aparezca el permiso a crear y desaparezca el temor a desobedecer?

Estamos comprometidos con esta hipótesis de giro copernicano, abriendo preguntas y diseñando acciones para implementarlas en organizaciones.

¿Qué respuestas podés ofrecer a estas preguntas?

¿Te surgen algunas otras preguntas?

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